ARTE DIGITAL VERSUS ARTE CONVENCIONAL.

Yo supongo que si diéramos un salto en el tiempo y nos trasladamos a la Edad Media, yo sería uno de esos monjes que vivían en un cenobio realizando cuidadosas copias en los scriptorium. Sería uno de esos monjes que cuando llegó el maravilloso invento de la imprenta, miraría con el rabillo del ojo a ese artilugio que parecía marcar la llegada de una nueva era para la cultura. Una revolución que supuso una democratización de la cultura, una facilidad a la hora de poder difundir las ideas, los libros ahora impresos.

Soy galerista, tengo un espacio abierto con una programación en la que expongo y vendo obra de artistas que están produciendo actualmente. Pero siguiendo esa metáfora establecida, yo soy un “monje”, que mira con el rabillo del ojo todas estas innovaciones digitales que ofrecen una nueva forma de entender el arte, de distribuirlo y comercializarlo.

No defiendo a ultranza todo lo que se dice es criptoarte, no todo lo que aparece en la red como tal lo es. Hay mucho de esnobismo, mucho de falaz y hay que tener criterio para discernir, pero eso pasa también en el campo de lo tangible, en el arte que voy a llamar “convencional”.

El arte fascinante de los copistas manuales del medievo vivió y convivió con la imprenta. Su estética, su edición era muy diferente a la nueva forma de gestar los libros.

Hoy esa nueva máquina de editar cultura está en internet y la nueva imprenta se llama NFTs (non fungibles Token). Es decir es una forma de acuñar de forma digital arte (entre otras cosas), de darle un carácter no fungible, es decir único, como únicas son las obras de arte. Es capaz de adaptar a los nuevos tiempos las manifestaciones artísticas. Es una forma de poder difundir, vender, conocer las obras de arte, lo que se está haciendo ... .y también lo que ya se ha hecho, todo de forma digital.

 

Imagen del NFT de una de las obras de Rafael Peñalver

El criptoarte, no necesariamente ha tenido que crearse de forma digital, pero sí de forma obligada se ha tenido que digitalizar. Es decir, recientemente he podido leer una noticia de cómo los grandes maestros del arte también están llegando a los NFTs, en concreto  herederos de Picasso, sus bisnietos, han adaptado a NFTs obra cerámica del artista, realizando una pieza digital de una tangible, ofreciendo nuevos puentes y nuevas vías de exploración en el mundo del arte y en su mercado.

No creo que esta revolución de los NFTs lleve abocada a la desaparición del arte convencional, ni lo creo ni lo deseo. El hecho de vivir en un espacio físico, va a ser siempre un motivo lo suficientemente de peso para pensar que nos acompañaremos de cosas bellas, de arte que va a estar de forma tangible, presencial en nuestro espacio físico y que va a hacernos la vida más fácil contemplando su belleza.

La tensión visual del gesto del artista, la incisión de la pincelada, el tacto de las esculturas, la temperatura de sus materiales, el reflejo e incidencia de la luz natural que recae sobre ellas, ofrece una experiencia sensorial (visual, táctil, incluso sonora en el caso de móviles o instalaciones con movimiento) que nunca podrá ser suplida por una obra digital por maravillosa que sea la resolución de la misma. Lo que no implica que estemos atentos a esta revolución digital que ofrece un nuevo camino que puede trazarse en el mundo del arte.



Carmen Terreros.

Dejar un comentario

Por favor tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados