La Cartuja de las Fuentes vuelve a brillar, y la Galería Carmen Terreros lo celebra en su décimo aniversario
Nos llena de orgullo compartir una noticia que nos toca muy de cerca. El pasado fin de semana, la Cartuja de Nuestra Señora de las Fuentes celebró el décimo aniversario de su paso a manos públicas con unas jornadas de puertas abiertas que pusieron de manifiesto su espectacular renacer. Y, por supuesto, la Galería Carmen Terreros no podía faltar a esta cita tan especial.
El diario Heraldo de Aragón, en su edición del 3 de junio de 2025, se hizo eco de este hito en un reportaje titulado "La Cartuja que volvió a brillar", donde se destaca el increíble trabajo de restauración que ha devuelto la vida a este monasterio, un tesoro que alberga las magníficas pinturas murales de Goya y Bayeu.
Para nuestra galería, este evento tiene un significado profundo. Como resalta el artículo, nuestra directora, Carmen Terreros, junto al coleccionista de arte Desiré Orús, fue una de las impulsoras del manifiesto "Salvem la Cartoixa" en 2012. Una iniciativa de un grupo de artistas e intelectuales que fue clave para concienciar sobre el estado de abandono del monumento y presionar para su salvación.
El periódico destaca nuestra presencia en la visita conmemorativa, recogiendo nuestras impresiones: «Nos ha encantado. Se nos ha hecho hasta corta». Una sencilla frase que resume la enorme satisfacción de ver cómo un lugar por el que tanto luchamos no solo se ha salvado, sino que ha renacido para asombrar a todos sus visitantes.
Diez años después y con una inversión de más de 5 millones de euros por parte de la Diputación de Huesca, la Cartuja ha dejado atrás la ruina para convertirse en un referente cultural. Nos sentimos profundamente felices y orgullosos de haber sido protagonistas en el inicio de esta historia de éxito y de haber estado presentes para celebrar una década de su nueva vida.
Desde la Galería Carmen Terreros, invitamos a todos los amantes del arte y el patrimonio a visitar esta joya recuperada y a celebrar con nosotros que, a veces, la pasión por la cultura logra mover montañas.
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